Otra leyenda nos acompaña desde febrero de 1939, cuando desciende, confundida con los internacionalistas cubanos, una madrileña envejecida a los veintisiete años. No Oes una inmigrante más; es una enfermera que cura tantas heridas en el cuerpo y en el alma, en las ciudades y en los cuarteles de montaña durante la guerra española; la que ayuda, en 1937, a organizar en Valencia el congreso de los intelectuales del mundo contra el fascismo. Cuba la acoge…, y pronto es la artista excepcional de las grandes obras en los teatros Principal de la Comedia, América, Apolo…; la actriz más destacada de la radio en 1942 desde La Novela del Aire de la RHC Cadena Azul; y entre 1944 y 1947 a través del Circuito CMQ donde, al morir, protagoniza el capítulo 199 de la novela radial más trascendental de todos los tiempos en América: El derecho de nacer. Ella tiene el récord de protagonizar las dos novelas con el rating insuperable del primer lugar radial nacional. Por eso, más que quiero, necesito contar esta historia desde todos los ángulos. A pesar de los obstáculos, prefiero arriesgarme. Me proyecto en pos de esa búsqueda. María, la actriz inigualable, la mujer singular, la del combate por la vida, lo merece, porque también por ella, por María Valero, «doblaron las campanas».