Federico Prinz es el típico miembro de una familia convencional de clase media argentina, o al menos así lo cree él. Sus padres son abogados y tiene una hermana, menor que él. Atravesando su divorcio, Federico se reencuentra con su padre, que lo lleva a descubrir el lado oculto de una familia a la que creía conocer, a la vez que lo reconecta con su espacio de calma, el Delta de Tigre: su olvidado refugio en el que las decisiones tendrán el giro que le permita poner proa a su vida. El dinero no falta ni es un impedimento, pero en este aparente oasis reverberan oscuros secretos que ponen en peligro las bases de la familia.
Una novela en la que nadie es quien dice ser y nadie es quien cree ser.Donde las emociones escalan a límites impensables. El protagonista deberá abrir puertas que permanecieron cerradas toda su vida y tratará de iluminarse con los escasos recursos que las extrañas circunstancias despliegan en su andar.
Federico se encuentra en los umbrales de su propia historia, mientras el lector es arrastrado por un relato que lo llevará por un flujo inesperado de hechos que marcarán al protagonista para siempre.
«Padre e hijo estaban en una secreta comunión con ese espacio, con ese arroyo, con esa casa.»