A veces, descubrir a dónde uno no quiere ir es tan importante como descubrir a dónde sí quiere hacerlo y, a riesgo de sonar como algo impreso en el interior de una tarjeta Hallmark, lo que a uno lo acaba definiendo tanto como sus éxitos es cómo supera sus errores y fracasos, si bien, en última instancia, son esas taras las que resultan más fascinantes