Holly muere y se va al cielo, pero su vida no ha terminado. En el más allá pasan muchas cosas, y hay unas cuantas que resolver para que pueda disfrutar tranquila de la eternidad.
En medio del ajetreo de la gente y los animales, conoce a Frida, una chica que lleva allí cien años. Juntas se dirigen a la escuela de los ángeles, porque, como revela Frida, ellos son los únicos que tienen permiso para volver a la Tierra. Holly extraña a su familia, pero desde que Bortel gobierna el cielo, la escuela está cerrada y se ha cortado la conexión con la Tierra.
Con gran astucia, y desde el punto de vista de una niña, Micha Lewinsky especula sobre la vida después de la muerte. Escribe así una novela cariñosa, cómica y ágil, que nos hace reflexionar sobre las grandes incógnitas universales.