tenemos un físico, que es la máquina imprescindible para la supervivencia de nuestra conciencia.
Si destrozas la máquina, te mueres. Si descuidas la máquina, también te mueres. Si crees que la conciencia puede sobrevivir a la máquina, te mueres poco después de descubrir tu error.
En realidad, es muy sencillo. Cuida tu parte física. Dale de comer lo que necesita y no lo que tu conciencia te dice que quiere. Si cedes ante un impulso que en último término le hará daño a tu cuerpo, serás como uno de esos padres sin autoridad que ceden ante los caprichos de sus hijos. «¿Has tenido un mal día? ¿Quieres comerte toda la caja de galletas? Claro que sí, cariño. Aquí la tie