eterno retorno es, sobre todo, victoria sobre el resentimiento. Pues bien, en este punto también Auschwitz supone una ruptura. Auschwitz nunca ha dejado de suceder, se está repitiendo siempre. Y, para demostrarlo, Giorgio Agamben acude al final de La tregua de Primo Levi. Aquí, Levi cuenta un sueño, un sueño lleno de espanto que no ha dejado de visitarle, como élmismo dice. Él se halla en la mesa, con su familia, o con sus amigos