En la vida de Gabriel García Márquez hay un periodo vital, pero del que poco se sabe: su estancia de cuatro años en Zipaquirá. Significó la educación sentimental del Nobel de Cien años de soledad. Allí tuvo sus primeros amores, escribió sus poemas iniciáticos, sufrió la terrible soledad por haber abandonado su terruño y finalizó su bachillerato. Gabo: cuatro años de soledad, de Gustavo Castro Caycedo, es una investigación rigurosa que reúne extraordinarios testimonios de 83 compañeros, amigos, profesores y novias, que describen a un joven sensible y talentoso, ávido de ternura y amor.El libro trae versos de Gabo y fotografías inéditas de una época dorada. Sin lugar a dudas, en Zipaquirá comenzó su trasegar intelectual, lo “graduaron” de poeta piedracielista, de declamador, de orador y de escritor. Fortalecieron su pasión por la lectura y canalizaron su talento hacia la prosa, dándole piso firme y formación literaria a su gran imaginación, que lo condujo finalmente a ganar el Premio Nobel de Literatura, en 1982.