Y no me molestan discutiendo sus deberes para con Dios…
No hay ningún descontento,
ni ganado por la locura de poseer las cosas.
Ninguno se arrodilla ante los otros,
ni ante los muertos de su clase que vivieron miles de siglos antes que él.
En toda la tierra no hay uno solo que sea desdichado o venerable.
Me muestran el parentesco que tienen conmigo,
parentesco que acepto.
Me traen pruebas de mí mismo,
pruebas que poseen y me revelan.