En todo cuerpo hay vacío está conformado por cuatro cuentos, cada uno, de cierta manera, protagonizado por algún elemento de la naturaleza —tierra, aire, agua y fuego—, tanto de manera expresa como simbólica: es decir, lo que son y lo que significan en el entorno, al mismo tiempo que configuran la identidad de los personajes. El entramado de los relatos ahonda en las complejas relaciones que hay entre la ciudad y la naturaleza, pero también al interior de los integrantes de la familia, así como entre el cuerpo y el mundo, evidenciando diferentes problemáticas en los planos emocional, ambiental y social.
Los detonantes de estos cuentos son un temblor, la contaminación, el agua y sus consecuencias fatales y un incendio. A partir de estos eventos se construyen las historias, en las cuales toman relevancia las palabras de Lucrecio: «Mas como en todo cuerpo hay vacío, / pueden hacerse blandos como el agua, / el aire, la tierra y el fuego».