La política no es lo contrario del egoísmo (esto es la moral), sino su expresión colectiva y conflictiva: se trata de ser egoístas juntos, puesto que éste es nuestro destino, y lo más eficazmente posible. ¿Cómo? Haciendo que los intereses converjan, y esto es lo que denominamos solidaridad (a diferencia de la generosidad, que contrariamente supone el desinterés).