Cada año se conmemora su célebre grito, repitiéndolo corregido, censurado y aumentado hasta volverlo irreconocible. De tal manera, que cuesta trabajo imaginar en sus labios frases que no sean: «¡Viva México! ¡Viva Fernando Séptimo! ¡Vamos a matar gachupines!», o, peor todavía: «¡Viva México! ¡Viva la Independencia! ¡Vivan nuestros héroes!»