Este libro presenta diversos debates, perspectivas, voces y miradas en torno al campo del erotismo y la pornografía.
Raquel Osborne profundiza acerca de la complejidad que implica una supuesta diferenciación entre erotismo y pornografía poniendo de relieve que se trata de un terreno muy resbaladizo y donde los sesgos de todo tipo, tanto más se filtran, cuanta mayor es la intención de diferenciar entre estos dos conceptos.
Michela Marzano llama la atención sobre la paradoja de la sociedad contemporánea que se enorgullece de su discurso sobre las relaciones íntimas, presentándolas como la expresión de un intercambio basado enteramente en la autonomía y la libertad individual y propone cuestionar el verdadero resultado de la liberación sexual. Irene Meler aborda las tendencias contemporáneas de la sexualidad desde una perspectiva que articula el enfoque de Género con el análisis de las subjetividades. Los deseos y las prácticas sexuales constituyen analizadores privilegiados del estado de las relaciones de género, donde el poder se anuda con el deseo de modo inextricable.
Jorge Leite Jr. discute el predominio de la imagen del ano en la pornografía heterosexual convencional contemporánea. Sea en las prácticas sexuales (sexo anal) o principalmente como exposición de órgano, el ano en estas producciones parece cada vez más tomar el lugar que, históricamente, estaba reservado para la cara: la expresión de la individualidad humana.
Finalmente, Carlos Barzani realiza un acercamiento crítico al movimiento posporno y reflexiona acerca de los aspectos revolucionarios y de apertura, y por otro lado, el riesgo de que el posporno, como otrora la teoría queer, sea capturado y neutralizado por la pornografía mainstream y el sistema heteronormativo capitalista.