Después de haber ayudado a Napoleón a conquistar Egipto y media Europa, al Coronel Chabert se le había dado por muerto en la batalla de Eylau, sepultado por la nieve y un montón de cadáveres. Diez años después, el Coronel (que logró sobrevivir a sus heridas) regresa convertido en un espectro irreconocible, un paria humillado por muchos, que intenta recuperar su identidad, su dignidad y su rango en la sociedad. La historia del destino de este soldado del Imperio se ha convertido, gracias al genio de Balzac, en una tragedia personal y universal que trasciende todas las épocas.