El evangelio de la riqueza, cuyo título original era Riqueza, se publicó en la revista North American Review en 1889 y fue considerado uno de los documentos fundacionales del campo de la filantropía. Andrew Carnegie, observando a los herederos de grandes fortunas y creyendo en la responsabilidad de la nueva clase alta de ricos hechos a sí mismos, propone una nueva forma de abordar la desigualdad. Sostiene que la riqueza excedente se aprovecha mejor y produce un mayor beneficio neto para la sociedad cuando los ricos la administran de manera responsable y reflexiva, evitando un uso derrochador e irresponsable. Este ensayo sigue resonando e inspirando a líderes y filántropos de todo el mundo.