Ella debía ocultar su vulnerabilidad y controlar la atracción que existía entre ellos desde el primer momento…
Cuando el negocio de Elsa entró a formar parte de sus adquisiciones, Blaise Chevalier pensó en deshacerse de él, como solía hacer con las empresas que no generaban suficientes beneficios. Pero entonces conoció a Elsa. Una mujer hecha de una pasta tan dura como él, que se convirtió en una fascinante adversaria con la que pretendía divertirse un poco…
Elsa era una mujer orgullosa, fuerte y bella, que estaba decidida a demostrarle a Blaise que se equivocaba acerca de su negocio y de su valía profesional.