Cada cumpleaños, la mamá de Amado le recuerda: “Amado, eres hijo del amor, del mayor amor de mi vida”. Pero en la escuela, Prudencia y Olivia lo molestan constantemente: «Amado, je je, Amado apollerado, si crees que te van a amar… ¡ji ji ji!”. Una gran nube de ira y frustración comienza a oscurecer la vida de Amado, quien deberá a aprender a manejar sus emociones y a encontrar formas creativas de compartir su historia.