El haber comprado la bodega de la familia Monroe le dio a Zack Holland la oportunidad de empezar de nuevo. Pero el negocio incluía una mujer que no le cedería el control fácilmente.
Jaye Monroe sabía que debían trabajar juntos si quería que la bodega tuviera éxito; pero no podía soportar la idea de renunciar a todo por lo que su familia había trabajado tanto y ver cómo se lo quedaba un desconocido. Sin embargo, entre ellos había atracción y muy pronto Jaye empezó a preguntarse si podrían llegar a tener la relación perfecta… tanto en el trabajo como en el amor…