Quizás estemos parafraseando lo que nos dicen los demás y pongamos en práctica la CNV de una manera mecánica y sin una conciencia clara de cuáles son nuestras intenciones. Podríamos preguntarnos, por ejemplo, si nos dedicamos más a utilizar la CNV «correctamente» que a conectarnos con el ser humano que tenemos frente a nosotros. O, quizás, aunque estemos usando la forma de la CNV, nuestro único interés sea cambiar la conducta de la otra persona.