«El capitán volvió a ponerse el guante amarillo de la mano diestra y, sin preguntar nada al portero, dirigirse hacia la gradería del piso bajo del palacio, con un aire que parecía querer decir: «esta mujer es mía». Los porteros de París tienen un golpe de vista certero y no detienen nunca a las gentes condecoradas, vestidas de azul y de grave andar; en
suma, conocen a los ricos".
Es una de las escenas del cuadro de costumbres en el que el gigante de la literatura realista Balzac nos deleita con su descripción de la condición humana.
A lo largo de sus páginas desfilan personajes de obreros, clase noble, capitanes o cortesanas, y lo que tienen en común todos ellos es el estar dotados de un gran carácter humano.
Esta novela es una de las últimas de Balzac y forma, junto con “El primo Pons”, la obra “Los parientes pobres”, parte del conjunto de la famosa “Comedia Humana” que Balzac acabó de publicar en 1846.
Nos cuenta la historia de una mujer de mediana edad, soltera, la pariente pobre de la familia a la que se describe como «una de esas existencias anónimas, entomológicas», que vive en el Paris de mediados del siglo XIX.
Sin embargo, esta criatura que es aparentemente inofensiva, aliada con la infeliz Valerie está planeando la destrucción de toda su familia a través de seducir y atormentar a varios hombres. Uno de ellos es el marido de una prima de Bela, que sacrificará su fortuna, patrimonio y reputación por poder
complacer a la pérfida Valérie…
Las intrigas familiares se entremezclan magistralmente con el escenario de fondo de un Paris babilónico donde conviven el despilfarro con la miseria, las esposas con las amantes, los inframundos del hampa con la alta política.
De ella dijo André Maurois que «Balzac nunca ha escrito nada más atroz ni más bello”.
Honoré de Balzac (1799–1850) fue un escritor y dramaturgo francés. Escribió sobre el panorama francés post-napoleónico y sobre la vida francesa.