A veces, cuando me aburro, no puedo evitar pensar en cómo sería mi vida si no hubiera escrito este libro. Esta tarde, estaría jugando al bridge; mañana, iría a la reunión de la Liga de Damas y tomaría notas para el boletín; luego, el viernes, Stuart me llevaría a cenar y volveríamos tarde a casa; el sábado, me levantaría cansada para ir a jugar al tenis... Cansada, sonriente y... frustrada.
Frustrada