En una Amsterdam de un futuro cercano (tanto que casi podría ser una versión ligeramente desviada de nuestro presente), con Holanda en manos de una dictadura controlada por ordenador, Ebenezer Steel sobrevive ganándose la vida como investigador privado. Poco supone, cuando acepta un nuevo caso, adónde le llevará y qué le hará descubrir.
Con «Nunca digas buenas noches a un extraño» Rafael Marín dio un primer toque de atención a los aficionados españoles a la ciencia ficción.
Tras un par de relatos cortos de buena factura, fue esta novela corta (en la que se combinaban la novela negra y la ciencia ficción) la primera obra importante que Marín daría al género fantástico español.