Letras ajenas constituye sin duda la voz de un ensayista que confía en un itinerario personal de lectura. Lo que leemos son los puntos de un mapa armado en la complicidad del escritorio de trabajo, la biblioteca, el cuarto en el que se lee por las noches, filas de banco o lugares públicos en los que se espera a que pase la lluvia o donde se ha pactado una cita.
Cada ensayo ofrece el pensamiento suscitado en el ensayista por las obras comentadas: el hallazgo de la amistad masculina en el mundo literario de Mutis, la identificación de una mirada feminista en Teresa de la Parra y en un personaje de Ángeles Mastretta. El ensayista se representa a sí mismo como un escritor-lector semejante a Mastretta, Mutis, Ibarbourou, Collazos, Jorge Isaacs, en la medida en que a estos se los presenta como lectores consumados de su propio entorno, de los modos de pensar implícitos en la cultura y de tradiciones literarias particulares.