Mateo era un joven de unos doce años, tenía la tez morena y los ojos verdes, era ligeramente alto para su edad y tenía una sonrisa preciosa, pues al sonreír asomaban en sus mejillas unos pequeños hoyuelos.
Había nacido en un pequeño pueblo pesquero y toda su familia se había dedicado siempre a la pesca. Al igual que a Alicia le encantaba mirar el mar, le asombraba lo cambiante que podía llegar a ser, su bravura cuando se desataba una tormenta, y su calma en los días de verano…
Cuando era pequeño jugaba a que era un pirata, pero un