Tras la invasión de los infieles el infierno se desata en Irak y un demonio, cada vez más asqueado ante la vileza que atestigua, acompaña a una mujer que busca entre los muertos a quienes ama. Nos asediamos, nos traicionamos, nos herimos, nos torturamos, nos destruimos. Y luego esperamos al siguiente de la fila. No hay crimen: los inocentes irán de cualquier modo al paraíso.