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Bernal Díaz del Castillo

Historia Verdadera De La Conquista De La Nueva España

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  • Cristina Liceagahas quoted6 years ago
    Y lo más cierto era, según entendimos, que les habían dicho sus antepasados que habían de venir gentes de hacia donde sale el sol, con barbas, que los habían de señorear.
  • Francisco Pérez Caballerohas quoted6 years ago
    tres soldados questaban más sin peligro de los flechazos, y llevaron azadones y barriles para traer agua; y el estero era salado, e hicieron pozos en la costa, y
  • Francisco Pérez Caballerohas quoted6 years ago
    también era tan mala agua y salada y amargaba como la del estero, por manera que mala y amarga trujeron las vasijas llenas, y no había hombre que la pudiese beber, y unos soldados que la bebieron les dañó los cuerpos y las bocas.
  • Francisco Pérez Caballerohas quoted6 years ago
    de la manera que nosotros nos aventuramos!
  • Francisco Pérez Caballerohas quoted6 years ago
    qué cosa tan trabajosa es ir a descubrir tierras nuevas,
  • Ale Castañeda.has quoted7 years ago
    Oí decir que le solían guisar carnes de muchachos de poca edad, y
  • Ale Castañeda.has quoted7 years ago
    habían de entrar descalzos y los ojos bajos, puestos en tierra, y no miralle a la cara, y con tres reverencias que le hacían e le decían en ellas: «Señor, mi señor, mi gran señor», primero que a él llegasen;
  • Ale Castañeda.has quoted7 years ago
    Era el gran Montezuma de edad de hasta cuarenta años y de buena estatura e bien proporcionado, e cenceño, e pocas carnes, y la color ni muy moreno, sino propia color e matiz de indio, y traía los cabellos no muy largos, sino cuanto le cubrían las orejas, e pocas barbas prietas e bien puestas e ralas, y el rostro algo largo e alegre, e los ojos de buena manera, e mostraba en su persona, en el mirar, por un cabo amor e cuando era menester gravedad; era muy polido e limpio, bañábase cada día una vez, a la tarde
  • Ale Castañeda.has quoted7 years ago
    E era tanta la gente que nos salía a ver, que las calles e azoteas estaban llenas, e no me maravilla dello, porque no habían visto hombres como nosotros ni caballos
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