El origen del mundo, de Gustave Courbet, figura entre las pinturas más emblemáticas de la historia del arte. Sin embargo, la identidad de la modelo del cuadro permanecía desconocida hasta que Claude Schopp descubrió su nombre por casualidad, al anotar la correspondencia inédita entre George Sand y Alexandre Dumas hijo. Este libro invita al lector a acompañar al investigador en su intento por dar vida a esa bailarina de bellas cejas negras, que había sido amante del diplomático turco que encargó la realización del cuadro. La modelo cuyo sexo encarna a la pintura realista recobra aquí, poco a poco, un rostro y un alma.