Los médicos soviéticos, dado el desafortunado superávit de pacientes expuestos a radiación, tenían mucha más experiencia que sus colegas occidentales. En 1986, ese no fue el mensaje que se transmitió. En su lugar, apareció Gale como símbolo de la superioridad, la habilidad y la determinación de la medicina occidental capitalista, frente a los defectos supuestamente inherentes a la medicina socialista. Esa impresión errónea persistió y se afianzó durante los años siguientes