Es bien sabido que dentro de la cabeza albergamos el cerebro, pero, en realidad, la parte inferior del cuerpo también tiene un cerebro llamado «intestino», y cuando ambos cerebros no se ponen de acuerdo, parece ser que es la opinión del intestino la que prevalece. Se ha llegado a decir que el cerebro de la cabeza actúa como la Cámara Alta, mientras que los intestinos serían la Cámara Baja. Como en esta última se celebran elecciones con frecuencia, en general se suele creer que está más influenciada por la opinión de los ciudadanos que la Cámara Alta. Del mismo modo, como los gustos del intestino fluctúan más, este refleja el estado de la persona en cuestión con más precisión que el cerebro.