Me mataría a mí mismo por ella, Tyler —la voz de Harry suena casi como un gruñido, y mi corazón se detiene una fracción de segundo cuando escucho la intensidad de su confesión—. No tienes una idea de qué es lo que soy capaz de hacer por ella —su mirada se posa en mí durante unos instantes y añade—: Será mejor que no tientes a tu suerte y que nos dejes marchar.