Lo realmente importante, y mire que se lo dice un genealogista, no es el orgullo vacuo de descender de personajes históricos, reales o imperiales, sino la conciencia de la identidad: soy lo que soy gracias a quienes me precedieron. De alguna manera soy ellos, ¿me explico? La pulsión vital de los antepasados prosigue en nosotros. Es nuestro deber continuarla y darle sentido. Y esto adquiere particular importancia en pueblos como los nuestros, producto de mezclas y choques de culturas que, en buena medida, han sido dolorosos.
RELACION CON LA IDENTIDAD