Nada más pacífico, aparentemente, que Piemburg, la provincia y mojigata (y en realidad explosiva) capital de Zululandia, modelo de orden civil y convivencia racial…, hasta que la hilarante pluma satírica de Tom Sharpe empieza a raspar su bruñida superficie. En cuanto se pone en funcionamiento la desbocada imaginación del autor de Wilt, empieza el frenesí más estrepitoso y la confusión más descabellada.
El Kommandant van Heerden siente complejo de inferioridad por su origen boer, y se arrastrará, si es necesario, para adquirir un porte auténticamente inglés. El Lieutenant Verkramp, cuyo odio contra todo lo que huela a inglés solo es superado por su miedo a todo lo que tenga que ver con la sexualidad, organiza un experimento masivo de castidad, ayudado por la temible psiquiatra Dra. Von Blimenstein, con resultados tan notables como imprevisibles. Mientras el Kommandant, entregado a una deportivamente inglesa cacería de zorro en los montes Aardvark, sucumbe a los encantos de una excéntrica dama, al Lieutenant le sale el tiro por la culata, y su experimento se convierte en un desastre de descomunales proporciones.
Menos mal que el Konstabel Els, guiado por su infalible instinto homicida, llega a tiempo para arreglar lo poco que queda en pie tras tan funesta jornada, embarcándose en una de las más salvajes cacerías jamás narradas. Excéntrica, disparatada, tan divertida que las carcajadas impiden a veces continuar su apasionante lectura, esta novela es otra excelsa muestra del despiadado humor de su autor.