–Ella me pidió que me fuera con ella y no pude. No lo hice –respiró hondo, sus dedos volvieron a moverse por mi cabello, examinando los mechones y haciendo que me derritiera–. Pero tú… tú puedes pedirme cualquier cosa y yo lo haré, Luna. Por ti, yo haría cualquier cosa. Por eso me siento culpable –el corazón se me oprimió ante su confesión–. Te quiero más de lo que he querido a nadie.