Este libro no tiene piedad, pero te acuna en sus brazos con la suavidad de una madre.
Es la pregunta que antecede a la respuesta: un ave que se abalanza sobre su presa para
alimentar a su descendencia.
Pensar «familia» es parte de un proceso cognitivo en el que, con cada poema, nace una flor
en lugar de una espina.
«El legado familiar es un animal inseparable» nos dice Elisa, y es que todos tenemos de alguna manera un sello ancestral, invisible y tensionado, que nos quema la piel;
Queramos o no, todos tenemos algo de Mala Sangre.
J. L. Torres Oyarbide