En 1984, en la localidad irlandesa de Knocknaree, a las afueras de Dublín, tres niños entraron a jugar en el bosque. Sólo uno salió de él, el pequeño Adam Ryan, manchado de sangre e incapaz de recordar qué había sucedido. Veinte años después, Adam es un oficial de policía que intenta llevar una vida normal. Pero el hallazgo de una niña muerta en aquel mismo lugar amenaza con remover la parte más oscura de su memoria, que creía tener sepultada para siempre. Mientras busca pistas y desenmaraña los muchos secretos de la familia de la víctima, siente cómo todos los senderos le llevan de vuelta, inexorablemente… al bosque.