Aunque en sus páginas resuene la cruel ironía de Jonathan Swift al denunciar el dominio inglés sobre Irlanda, DEL ASESINATO CONSIDERADO COMO UNA DE LAS BELLAS ARTES expresa, sin embargo, las obsesiones íntimas de THOMAS DE QUINCEY (1785–1859). El libro está compuesto por los dos artículos publicados por el autor de «Confesiones de un inglés comedor de opio» (LB 1029) en 1827 y 1829, y que constituyen una pieza clásica del humorismo inglés, y por el Post Scriptum de 1854, dominado por una tensión más oscura. Si el tono de los artículos -presentados como una conferencia leída ante la Sociedad de Conocedores del Asesinato y como las actas de una cena conmemorativa del club- concilia la erudición y la brutalidad en una de las muestras más acabadas de ironía literaria, el Post Scriptum, en cambio, aun sin perder este tenor -que queda más en sordina-, es una reflexión sobre el horror, superpuesta a la escalofriante descripción de los célebres crímenes de Williams y los M'Kean.