Después de pasar horas sentado en una oficina y luego en un coche, llega el momento en que es inminente el deseo de estirar las piernas y sentir la libertad de una bicicleta. Sandro Cohen, un apasionado del ciclismo, propone en Zen del ciclista urbano 85 meditaciones para todos aquellos que recorren las calles de su ciudad en dos ruedas. A través de estas páginas comparte su aprendizaje a lo largo de miles de kilómetros recorridos, pero sobre todo, la alegría que significa pedalear para trasladarse de un lugar a otro.
El Zen del ciclista urbano toma en cuenta, en sus tres secciones, aspectos fundamentales del ciclista:
- Espíritu: el ciclismo se convierte en una extensión del bienestar interior y de cómo se percibe el día a día.
- Práctica: los ciclistas deben conocer a su bicicleta como a la palma de su mano, desde aspectos técnicos hasta cómo sacarle mejor provecho.
- Su relación con la ciudad: el ciclista siempre tendrá sentimientos encontrados con su ciudad, por lo que es importante conocer cómo sobrevivir al caos citadino.
Vemos que hay cada día más bicicletas que surcan nuestras calles y avenidas. Por esto, el Zen del ciclista urbano se convertirá en un valioso apoyo para todos aquellos que hayan elegido una manera más sana de relacionarse con su ambiente, o que estén a punto de hacerlo. Al dejar el coche en casa, recuperan su libertad de movimiento, mejoran su condición física y contribuyen a limpiar el aire que todos respiramos.