La imagen popular de los vikingos es la de un pueblo de hombres altos y pelirrojos, feroces y audaces, que recorrían las costas de Europa deteniéndose únicamente para saquear monasterios y prender fuego a toda embarcación enemiga.
Pero los violentos vikingos del siglo VIII, tres siglos más tarde, eran ya cristianos que construían iglesias y las ornamentaban con cruces de oro. ¿Cómo ocurrió esta radical transformación, y por qué? ¿Cuál fue su legado para la historia?
Este libro ofrece una mirada global a un período para muchos desconocido, y con un lenguaje accesible explora su génesis, su proceso de cristianización y su influencia en la Europa que hoy conocemos.