Así pues, dejando fuera a Yucatán, una docena de señoríos lencas, mayas, mayoides y nahuatizados, dispares en recursos y tamaño, en el septentrión del istmo y unas 200 jefaturas tribales en su parte meridional intercambiaban los productos para los cuales cada cual tenía una ventaja, y sus redes y circuitos se conectaban en Tehuantepec con los de Oaxaca, en Acalan-Tixchel con los de los pochtecas y en la Mosquitia y Nicoya con las rutas del sur.