Naturalmente, no la ciencia que conocemos, pues sus límites serían demasiado estrechos para hacer posible la especulación, y, desde luego, en exceso prosaicos para posibilitar la maravilla. Se trata de otra ciencia, un conocimiento más avanzado, imposible en nuestro presente, pero verosímil, de modo que, aun siendo conscientes de ello, el lector o el espectador lleguen a suspender de forma voluntaria su incredulidad y se sumerjan en el mundo que se les propone