Este libro trata de las expediciones arqueológicas a la península de Yucatán que fueron financiadas por fondos estadounidenses a partir de los años ochenta del siglo XIX en particular aquéllas oriundas del área Cambridge-Boston, luego continuadas, entre 1923 y 1940, por la Carnegie Institution de Washington, bajo el parteaguas de la “arqueología científica”. El argumento base que postula esta investigación es que la construcción geográfica y conceptual del “Área Maya”, iniciada por un grupo de anticuarios-coleccionistas y empresarios académicos del área de Boston-Cambridge, fue fundamental para el desarrollo de la arqueología (y la antropología) en Estados Unidos. La publicación de un libro que narraba las exportaciones a Harvard de especímenes arqueológicos retirados del fondo del Cenote Sagrado de Chichén Itzá por el excónsul estadounidense Edward H. Thompson, que coincidió con la pugna del gobierno del general Calles con el de Estados Unidos, provocó un terremoto político que cerró los espacios para la arqueología estadounidense en México, en momentos en los que la Segunda Guerra Mundial alteraba radicalmente las prioridades científicas de Washington.