Mientras lo decía, sabía bien que su preocupación por una posible recaída no era más que una razón superficial. Que en realidad le era imposible tener cerca a Yeonghye, que no podía soportar las cosas que ella le recordaba, que, en el fondo, sentía rencor hacia su hermana, que no podía perdonarle la irresponsabilidad de perder la cordura y, menos todavía, que se hubiera ido sola al otro lado de los límites tras haber hundido su vida en un lodazal.