El fin fundamental de la empresa debe ser satisfacer las necesidades de los clientes, haciéndoles el bien al aportarles beneficios reales mediante el producto y/o el servicio que produce y brinda; con beneficios que incluyen la utilización de insumos de buena calidad, así como asumir –en el proceso de realización y comercialización– todos los cuidados y la seguridad necesarios para no afectar ni poner en riesgo la salud, la seguridad, la integridad y la vida de los consumidores, así como tomar las previsiones y cuidados necesarios para no afectar el medio ambiente.