La Hidra era una serpiente acuática de siete cabezas que causaba horror y destrucción. Tan venenosa que ni siquiera necesitaba morder para matar. Su aliento pestífero emponzoñaba a cualquiera que se le acercase, incluso mientras dormía. Era hija de Equidna y Tifón, como el León de Nemea, y la mismísima Hera la había criado desde pequeña, para hacerla luchar contra Heracles.