Pienso que soy endeble y a la vez mi fortaleza es titánica. Ya lo he dicho: no creo que exista en el mundo nadie más listo que yo al menos en los asuntos que se refieren a mí misma. No creo en ayúdame a caminar, necesito de ti, de tu aliento y tu voz. No creo en la osteopatía ni en los psicoterapeutas.