El lector encontrará en estas páginas textos aparentemente aislados que el hilo narrativo va anudando. Para delimitar lo indelimitable, aquello que separa la santidad de la impureza, lo sucio de lo limpio, la mutilación de lo íntegro, el lenguaje se quiere preciso, tajante, ensañado, carnicero. La secuencia de asociaciones inusuales actúa de modo que al terminar el libro se transforma en una sola y gigantesca metáfora y en una inolvidable experiencia de lectura.