La PGR hizo un perfil psiquiátrico de su persona:
Baja tolerancia a la frustración. Egocéntrico y
narcisista, lo que lo convirtió en el centro de
atención del penal.
Resentido. Nunca perdona a sus detractores.
Sentimiento de inferioridad provocado por su baja
estatura.
Conciliador, perseverante, espléndido seductor.
Gracias a esto eludió castigos y desconfianzas.
También consiguió moverse libremente por el penal.
Habilidad para manipular su entorno.
No siente culpa.
Coeficiente intelectual superior a la media alta en la
prisión.