El 27 de octubre de 1921, poco después de haber terminado y remitido al editor los cuentos que forman Fiesta en el jardín, trazó en su diario el siguiente plan para un nuevo libro. (Las iniciales L. y N. Z. indican que los cuentos iban a tener por escenario Londres o Nueva Zelanda.)
CUENTOS PARA MI NUEVO LIBRO
N. Z.
Sinceridad. El médico, Arnald Cullen, con Lidia, su esposa, y Archie, el amigo.
L.
Segundo violín. Alexander y su amigo en el tren. Primavera… Lilas mojadas… Chaparrones.
N. Z.
Seis años después. Mujer y marido a bordo de un vapor. Ven a alguien que lo recuerda. Los botones glaciales.
L.
Vidas como troncos a la deriva. Ha de ser un cuento largo y muy bien escrito. Los hombres tienen importancia, sobre todo el menos hombre de todos. Requiere un buen trabajo… Oficina de un periódico.
N. Z.
Corazón débil. Roddie en «bici» de noche, con las manos en los bosillos, haciendo prodigios junto al sombrío árbol de la esquina de May Street.
L.
Viuda. Geraldine y Jimmie, una casa que da a la calle y plaza de Sloane. Llevando aquellos capullos en el seno. «Casada o no casada»… Del otoño a la primavera.
N. Z.
Nuestra Maude. Marido y mujer tocan a dúo: ¡Y una, dos, tres, una, dos, tres! Los blancos chalecos de él. ¡Wifeling y Mahub! ¡Ah, qué gran muchacha eres!
N. Z.
En Karori. El quinqué diminuto. Lo he visto. Y luego se quedan calladas.
N. Z.
Tía Anne. Su vida con la obertura de Tannhäuser.