La Alcoba Real del palacio de Ascalon tenía los techos altos, paredes claras, el suelo de mármol y una gran cama con dosel en el centro. Las almohadas y la colcha eran de seda brocada de color marfil, las sábanas del mejor lino méntico, y había dos capas de cortinas, una fina y otra pesada, que se usaban según la cantidad de luz que deseaba Sabran