LORD DARLINGTON.— (Sigue sentado.) ¿Cree usted entonces (pongo, naturalmente, sólo un ejemplo imaginario), cree usted que en el caso de un matrimonio joven, que llevase alrededor de dos años de vida conyugal, si el marido se hiciera de repente el amigo íntimo de una mujer de…, bueno, de reputación más que dudosa (la visitase continuamente, comiese con ella y pagase probablemente sus cuentas), cree usted que la esposa no debería consolarse por su lado ella también?