Finalmente, entiendo las reglas y extraigo una conclusión: la Deep Web es una suerte de espejo, a ratos oscuro, a ratos funcional, de lo mejor y lo peor. Hay quien trabaja por el bien común, compartiendo en foros los códigos para que la humanidad avance. Ellos son los que actúan de guardianes de las instituciones y las corporaciones, mejorando las infraestructuras y también planeando ataques. El activismo en la Deep Web es amplio y sin jerarquía: la información se comparte porque, precisamente, así se ha hecho siempre.